Aparece un cuadro blanco con un círculo rojo, como la bandera de Japón, si nos detenemos unos dos o tres minutos a observarlo, al rato parecerá que el círculo rojo posee una aura de color verde azul, pues el cerebro está comenzando a impregnarlo del complementario. Luego, si se enfoca la visión en un cuadro de fondo blanco, percibiremos el c'irculo anterior pintado de verde pues es el complementario del rojo.
El cuadro central pintado de gris sobre fondos azul y rojo luego de ser percibido con insistebncia por algunos minutos cambiará y del lado azul el gris parecerá tornarse de naranja, y del lado rojo se enfriará, por ese efecto del contraste simultáneo pues el cerebro inventa el color que necesita ver para el equilibrio psicológico.
Si pintamos dos cuadritos negros sobre un cuadro pintado de color violeta, el negro pparece amarillehnto, enfermo, sijn vivacidad, mkientras si agregamos dos cuadritos de amarillo, que ews el complementario del violeta, el negro se revive y aparece con vigor.
El efecto psicológico del color, cuando el cerebro se agota de percibir un determinado color, necesita de su complementario y si no lo tiene cerca lo inventa.
En la lámina que se observa en este blog, hay tres cuadros naranja con tres cuadritos grises centrados y sobrepuestos. El gris central es neutro, y de los lados se observan dos, uno más nítido y vigoroso y el otro aplando y enfermizo. El que se vge vigoroso tiene mezclado azul, osea el complementario del naranja, por ello se observa vivaz y fogozo, mientras el otro tiene mezclado naranja por lo que se aplana y parece pegado al fondo.
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